martes, 8 de febrero de 2011

Día 17: Rumbo a la capital...


Nos levantamos temprano y abandonamos el fantástico hostel para dirigirnos hacia la estación Campanha, desde donde salen los trenes a Lisboa.
Para llegar hasta allí, tomamos el bus del sightseeing que teníamos el pase válido para ese día y nos bajamos en Aliados donde nos subimos al subte.
Llegamos a Campanha y averiguamos los horarios de los trenes a la capital portuguesa, el próximo salía en aproximadamente media hora, así que, nos dirigimos a la plataforma y nos dispusimos a esperar.
Subimos al tren y arrancó, ya estábamos en camino a nuestro anteúltimo destino.
El viaje se pasó realmente lento, si bien eran tan solo 3 horas, el tren no era de lo más cómodo y todo el trayecto lo hicimos de espalda ya que los asientos eran numerados y era lo que nos había tocado.
Llegamos a Lisboa y empezamos a averiguar cómo llegar al hostel, bah, sabíamos cómo llegar porque teníamos la indicación, pero no sabíamos donde tomarnos el colectivo correcto.
Ya empezamos a notar que en Oporto son mucho más amables que en Lisboa, tal cual como pasa en cualquier capital, siempre en las ciudades más chicas los habitantes son más sociales.
Llegamos al hostel después de 5 minutos en colectivo y de caminar 4 cuadras. Nos recibió Joao, que nos mostró las instalaciones y nos explicó los procedimientos del hostel, nos ofreció dos excursiones, de las cuales una ya la teníamos pensada hacer y nos fuimos al cuarto.
Dejamos las mochilas y decidimos ir a recorrer un poco la zona del hostel, hasta la plaza rossio, donde esta Mc Donalds, que obviamente, frenamos para almorzar, ya eran las 16 y no habíamos probado bocado.
Volviendo del Mc al hostel pasamos por el súper a comprar los víveres para el día siguiente y para una posible cena.
Cuando llegamos al hostel, nos quedamos en la sala común usando internet, se me sienta una chica al lado y después de un ratito me mira y me dice, argentinas? a lo que le respondemos que si, resultó ser Flor, nuestra compañera de ruta por los próximos 3 días.
Decidimos que mañana a la noche íbamos a tomar la excursión que ofrecía el hostel y que pasado mañana, iríamos a Sintra, Cabo da Roca y Cascáis.
Para mañana a la mañana, Castillo San Jorge, con recorrida por la ciudad y encuentro con Sam, el australiano que conocimos en Oporto.
Cena tarde (el agua para los fideos en las hornallas eléctricas tarda bastante en hervir) y charla extensa con Flor. Después, a dormir.

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