El día tan esperado llegó, el avión partía rumbo a San Pablo a las 14hs, por lo que nos encontramos con los Sochel a las 11 en el aeropuerto internacional Ministro Pistarini. Una vez hecho el check in en la aerolínea, declarar la electrónica necesaria y charlar un rato en el mc donalds, atravesamos la puerta hacia el mas allá y comenzamos nuestra odisea.
NUESTRO VIAJE HABIA COMENZADO!
Migraciones para salir del país, alguna que otra vuelta por el free shop y comenzamos a caminar hacia la otra terminal, desde la cual salía nuestro vuelo.
Embarcamos y nos sentamos en nuestros lugares a esperar que salga nuestro avión. Una vez que despegamos, nos dispusimos a disfrutar, algo medio imposible ya que el viejo que estaba sentado atrás mío no paraba de golpearme el asiento y el pendejo que estaba delante de Tef, trataba de reclinar el asiento a 180º, parece que no había entendido que primera era 20 filas mas adelante.
Una vez cruzado el Rio de La Plata y estando ya en territorio uruguayo decido poner una peli en la pantallita que me correspondía, la elegida fue Up In The Air, pero apenas arrancó empezó a fallar, así que apagué y busqué algo de música, aunque en mi cabeza sonaba “… que voy a hacer con tanto cielo para mi…”. Al rato, ya en cielo brasilero, nos trajeron la comida, para elegir, pasti o frango, obviamente, elegimos pasta: mostacholes matarazzo “la pasta de mama” con una salsa de hongos bastante rica teniendo en cuenta donde nos encontrábamos. Lo mejor, el postre, un arrollado de dulce de leche espectacular, el cual pedimos ración doble para merendar y despedirnos así del dulce de leche por unos cuantos días. Nos retiraron las bandejas y el avión comenzó a descender.
Llegamos al aeropuerto de San Pablo, que asco! Luego de realizar los trámites correspondientes a pasajeros en tránsito empezamos a buscar nuestro vuelo en las pantallas de las próximas salidas, pero no lo localizábamos. Pregunte y nos dijeron que salía desde la terminal 2, la pregunta era: donde esta la terminal 2? Preguntando y preguntando, conseguimos que alguien nos conteste con amabilidad y nos indique el camino correcto. Habremos caminado más o menos 30 minutos hasta que por fin, encontramos nuestra puerta de embarque. Allí tratamos de comunicarnos con el exterior pero no había caso, ni wifi, ni teléfono, ni locutorio, ni nada!
Al horario indicado pasamos el umbral y nos subimos al micro que nos depositaría en la escalera correcta para subirnos a nuestro avión.
Viaje eterno si los hay. Después de 12.20hs llegamos a Francia.
Si bien teníamos un speech armado por si nos preguntaban algo en migraciones, empezaban las dudas y los nervios. Llegamos a la ventanilla, presentamos los pasaportes, los sellaron y listo. Eso fue todo. Oficialmente podíamos pisar suelo Europeo y no quedar varadas como Tom Hanks en “La Terminal”.
NUESTRO VIAJE HABIA COMENZADO!
Migraciones para salir del país, alguna que otra vuelta por el free shop y comenzamos a caminar hacia la otra terminal, desde la cual salía nuestro vuelo.
Embarcamos y nos sentamos en nuestros lugares a esperar que salga nuestro avión. Una vez que despegamos, nos dispusimos a disfrutar, algo medio imposible ya que el viejo que estaba sentado atrás mío no paraba de golpearme el asiento y el pendejo que estaba delante de Tef, trataba de reclinar el asiento a 180º, parece que no había entendido que primera era 20 filas mas adelante.
Una vez cruzado el Rio de La Plata y estando ya en territorio uruguayo decido poner una peli en la pantallita que me correspondía, la elegida fue Up In The Air, pero apenas arrancó empezó a fallar, así que apagué y busqué algo de música, aunque en mi cabeza sonaba “… que voy a hacer con tanto cielo para mi…”. Al rato, ya en cielo brasilero, nos trajeron la comida, para elegir, pasti o frango, obviamente, elegimos pasta: mostacholes matarazzo “la pasta de mama” con una salsa de hongos bastante rica teniendo en cuenta donde nos encontrábamos. Lo mejor, el postre, un arrollado de dulce de leche espectacular, el cual pedimos ración doble para merendar y despedirnos así del dulce de leche por unos cuantos días. Nos retiraron las bandejas y el avión comenzó a descender.
Llegamos al aeropuerto de San Pablo, que asco! Luego de realizar los trámites correspondientes a pasajeros en tránsito empezamos a buscar nuestro vuelo en las pantallas de las próximas salidas, pero no lo localizábamos. Pregunte y nos dijeron que salía desde la terminal 2, la pregunta era: donde esta la terminal 2? Preguntando y preguntando, conseguimos que alguien nos conteste con amabilidad y nos indique el camino correcto. Habremos caminado más o menos 30 minutos hasta que por fin, encontramos nuestra puerta de embarque. Allí tratamos de comunicarnos con el exterior pero no había caso, ni wifi, ni teléfono, ni locutorio, ni nada!
Al horario indicado pasamos el umbral y nos subimos al micro que nos depositaría en la escalera correcta para subirnos a nuestro avión.
Viaje eterno si los hay. Después de 12.20hs llegamos a Francia.
Si bien teníamos un speech armado por si nos preguntaban algo en migraciones, empezaban las dudas y los nervios. Llegamos a la ventanilla, presentamos los pasaportes, los sellaron y listo. Eso fue todo. Oficialmente podíamos pisar suelo Europeo y no quedar varadas como Tom Hanks en “La Terminal”.
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